BOLIVIA CAYÓ 3 – 0 ANTE COLOMBIA EN EL ÚLTIMO AMISTOSO DE LA VERDE ANTES DE ENCARAR LA COPA AMÉRICA
El último laboratorio de Antonio Carlos Zago, antes del estreno de Bolivia en la Copa América, acabó con los tubos y los termómetros explotando.
El 3-0 de Colombia en Connecticut, es difícil de digerir, porque el rival nos aplastó, nos superó en todas las líneas y acabó ganando casi sin despeinarse. La línea de cinco que propuso el DT, fue devastada
A diferencia de lo que sucedió contra Ecuador (línea de cuatro) la Verde se mostró frágil, no retuvo la pelota más allá de tres pases y hasta se notó caras de desesperación por deshacerse lo antes posible de la pelota. La reacción de los rivales muchos en la Premier League y en el Calcio fue abismal y lo que queda es levantarse o quedar ahí aplastados.
El primer tiempo acabamos como si nos hubiera pasado un camión por encima. La superioridad de Colombia fue abismal, en velocidad, en físico, en jerarquía; Jesús Sagredo y Héctor Cuéllar que estuvieron por derecha, le miraron siempre el número a Luis Díaz y así, era imposible detener a la avalancha cafetalera que se paseaba por el gramado.
Ese 3-0 parcial para ellos, fue simplemente mero trámite, no ganamos ninguna, las primeras y las segundas pelotas y así, comenzaron a caer los goles; el 1-0 con Jhon Arias (5’), el 2-0 de Jhon Córdoba (25’) y el 3-0 de Luis Díaz (41’) que fue un aluvión. Show para el público colombiano que tiñó las graderías del estadio, en medio de la desazón nacional.
El 5-3-2 que dibujó Antonio Carlos Zago no funcionó, hubo muchas dudas entre Jesús Sagredo y Héctor Cuéllar, y entre Robson Matheus -que fue la sorpresa- y Fernando Saucedo, no encontraron una conexión con los de arriba, con César Menacho y Bruno Miranda cuya misión principal terminó siendo apretar en salida más que buscar marcar en ataque. No se generó.
En el complemento Zago introdujo a Carlos Lampe (‘Billy’ Viscarra), Diego Medina (Jesús Sagredo) y Miguel Terceros (Matheus) en procura de levantar a un equipo caído, pero en realidad, si el resultado terminó como finalizó el primer tiempo, fue porque el rival aflojó. Eso permitió que Medina, a los 48’ y 55’ estuviera a tiro de descontar.
De todas formas, en medio del nubarrón del que no se pudo salir, al menos entraron dos rayitos desde lejos: Lucas Chávez demostró que puede ser útil -rápido, rebelde- y Ramiro Vaca luce mejor siendo más lanzador que creador. Medina también puede ayudar, pero hay que cuidarle las espaldas; tuvo la ventaja que Colombia ya no presionaba.
Las expulsiones de Daniel Muñoz y César Menacho (68’) por agresión mutua levantó el partido en ese momento ya que los colombianos se le fueron con todo a Héctor Cuéllar que por poco liquidó a Luis Díaz con una entrada que pudo acabar mal. Después fue solo ver alternativas, de ambos lados y hasta nos cayó en el mano a mano que perdió Saucedo (75’).
El 3-0 fue otra bofetada que nos estruja la realidad, esa de la que Zago ya habló, que es un equipo joven que busca experiencia, que es un equipo al que le falta jerarquía porque son pocos los que militan afuera. Sin Lampe (entró en el complemento) y sin Marcelo Martins (¿cuánto más nos vamos a lamentar?) nos vemos muy endebles y eso los rivales lo saben.
La Copa América es un desafío y los rivales del grupo C como EEUU, Uruguay y Panamá, nos van a retar. De aquí hasta fin de año con los seis partidos de eliminatorias, le toca decidir a Zago, porque ya no habrá más laboratorio de pruebas. Los partidos oficiales son duros y si el DT no le encuentra la vuelta vamos a quedar como ahora, como si nos hubiera pasado un camión de toneladas por encima.
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