PRECIO DEL OXÍGENO SE DISPARA, LA GENTE PEREGRINA POR CONSEGUIRLO
El precio de los botellones de oxígeno se elevó cuatro veces más debido a la alta demanda de pacientes que tienen insuficiencia respiratoria causada por la Covid-19. En las últimas semanas surgió además un mercado negro de este insumo; además, algunos intermediarios traspasan el contenido de un envase a otro bajando su calidad. Por esta situación, los enfermos y familiares peregrinan en busca de recargas y se someten a riesgos.
Antes del inicio de la pandemia, un botellón de dos metros cúbicos llegaba a costar alrededor de 1.000 bolivianos, pero ahora se vende en 3.900 bolivianos; uno de seis metros cúbicos se ofrecía en 1.500 bolivianos y ahora se comercializa en 5.300 bolivianos; y el de ocho metros cúbicos se ofrece hasta en 5.900 bolivianos.
Muchas familias compran botellones de oxígeno porque sus seres queridos con Covid-19 o síntomas están en estado crítico en sus domicilios, no pueden respirar y no pueden acceder a camas de internación en los hospitales de los sistemas públicos, de la seguridad social y de las clínicas privadas.
“El oxígeno se convirtió en una alternativa ante el colapso del sistema de salud. Muchos pacientes que sufren insuficiencia respiratoria deberían ser internados y recibir control de sus signos vitales, pero ya no hay dónde hospitalizarlos. El oxígeno es una alternativa, pero hasta eso se está agotando porque tengo muchos pacientes que buscan (este insumo) desesperadamente”, explicó el neumólogo Marco Antonio García.
Varios importadores consiguieron comprar los botellones de Brasil e internaron estos insumos a Bolivia. Los ofertan mediante las redes sociales porque los proveedores regulares no dan abasto. “Mañana (miércoles) me van a llegar cilindros de dos metros cúbicos y tendrá una duración de hasta ocho horas”, dijo uno de estos comerciantes. Sin embargo cuando fue consultado sobre cómo podría recargar los botellones, el vendedor respondió: “En eso ya no lo puedo ayudar”.
Ahora, el principal problema es la recarga de los botellones. Uno de los distribuidores -que pidió guardar su nombre- informó que antes ellos realizaban el servicio de recargar los tanques de oxígeno, pero ante la demanda sólo están atendiendo a hospitales y clínicas. Indicó que ya no reciben solicitudes de particulares. Cuando Página Siete consultó sobre qué puede hacer una familia que necesita de oxígeno, el proveedor respondió: “Muchos de mis clientes se dirigen a Ventilla (El Alto) para que sus tanques sean recargados por la misma empresa y también deben hacer largas filas”, apuntó.
El distribuidor dijo que los precios se dispararon. “Teníamos un stock y se acabó a los pocos días. Fuimos a comprar de los revendedores para cubrir nuestros pedidos y estas personas hicieron su agosto. Los reguladores, que costaban 250 bolivianos, nos vendieron a 1.200 bolivianos; y los cilindros superan los 3.000 bolivianos”, explicó.
En las primeras semanas del mes de junio un cilindro de dos metros cúbicos se vendía en 1.500 bolivianos y en una semana subió a 2.000. “Al inicio de esta escasez hicimos un contrato por 1.200 bolivianos y al día siguiente, cuando lo fuimos a recoger, nos subieron a 1.400”, dijo.
Personas inescrupulosas se dedican a traspasar de forma artesanal el oxígeno de un botellón a otro recipiente -como una garrafa- los calientan con fuego. La responsable de Salubridad de Farmacias del Servicio Departamental de Salud de La Paz Aleida Camacho alertó que cuando se comete esta práctica ilegal la presión no es la óptima porque llega a 1.500 cuando lo ideal es 2.900. “Es peligroso porque un paciente que requiera oxígeno unas 12 horas, pero sólo tiene para dos o tres horas. Entonces, mientras el familiar busca más oxígeno, el paciente puede morir. Es ilegal, completamente ilegal”, explicó.
El neumólogo García dijo que antes de la pandemia se compraba un tanque de oxígeno en una distribuidora de insumos médicos por 200 dólares. “Ahora ni con 500 dólares los adquieren. Aparecieron muchas empresas que promocionan los tanques y pese a ello los familiares tienen dificultades. Tengo pacientes que ya tienen su tanque y no saben dónde ir a cargarlos. Los centros que realizaban este servicio están colapsados. La gente va a una de las centrales en El Alto para recargar”, sostuvo.
Los cuidados para los enfermos
- Sugerencia El neumólogo Marco Antonio García recomendó a los familiares consultar a un médico mediante una videollamada. “Lo lógico es que cada paciente sea valorado por un profesional aunque sea telefónicamente. Muchos profesionales de otras especialidades atienden a pacientes con Covid-19. Por ejemplo, hay pediatras y hasta ginecólogos que prestan su servicio”, declaró.
- Saturación Según el profesional, los galenos, en especial los neumólogos, ya no dan abasto. “Estamos colapsando los propios médicos. Por ejemplo, como neumólogo recibo 100 llamadas diarias; no pudo abastecer a más y me veo en la penosa situación de no poder atender a todos. Es una situación muy complicada la que estamos atravesando”, afirmó.