BOYUY X2 HABILITA EXPLORACIÓN DE DOS MEGAESTRUCTURAS DE GAS

Tras romper el paradigma tradicional  con la perforación de 7.963 metros  de profundidad, el pozo exploratorio  Boyuy X2 permitió identificar la existencia de dos megaestructuras gasíferas ubicadas en el bloque Caipipendi  y el área  Iñiguazu, las que para su cuantificación y posterior explotación necesitan de la perforación de nuevos pozos exploratorios, según  indicó Javier Esquivel, Gerente de Administración Técnica, Exploración y Desarrollo de YPFB.

El pozo Boyuy X2, ubicado en el Subandino Sur de la cuenca de Tarija, fue perforado por Repsol E&P Bolivia que exploró más allá de los reservorios habitualmente investigados, entre 4.000 y 6.500 metros.

De esta manera se abre una nueva frontera exploratoria en el área, a profundidades mayores y por debajo de la falla Mandiyuti. A esta profundidad se encontró el reservorio Huamampampa profundo, que hasta la fecha no había sido investigado, y se descubre gas a una profundidad donde ningún análisis previo indicaba la presencia de hidrocarburos en las condiciones físico-químicas como las descubiertas por el pozo Boyuy X2.

Estadísticamente, en Bolivia, de cada cinco pozos exploratorios perforados uno llega a ser considerado descubridor. En términos técnicos, esto ubica al pozo Boyuy X2 como un éxito exploratorio con  100% de efectividad, al ser el primer pozo en el área y descubridor de gas  al mismo tiempo.

Para convertir estas dos áreas en megacampos, a partir del descubrimiento del pozo Boyuy X2, los operadores recomiendan realizar mayores trabajos, más inversión y la perforación de nuevos pozos. En este contexto, el pozo Boyuy X2 cumple su etapa de pozo descubridor de gas para dar inicio a las etapas de nuevas perforaciones de exploración y posterior desarrollo de las estructuras de Iñiguazu y Caipipendi.

La etapa de exploración de un campo, desde un primer pozo exploratorio perforado hasta su desarrollo inicial, conlleva un tiempo de estudios, actividades y procesos rutinarios, tal como ha ocurrido en operaciones similares de megacampos como Incahuasi y Margarita, donde el período de tiempo entre el primer pozo exploratorio hasta el desarrollo del megacampo llevó más de 10 años. Para ello los primeros pozos perforados no fueron puestos en producción inmediata y resguardaron su integridad hasta confirmar el real potencial de la estructura descubierta.

“Lo que se viene en el futuro del  Boyuy X2 son operaciones normales y rutinarias que se realizan en cualquier área exploratoria. Este pozo cumplió su función y aportó los datos que se necesitan para seguir trabajando en el área. Estas operaciones se están evaluando con el operador para definir la mejor manera de resguardar la integridad del pozo por sus condiciones de alta presión y temperatura”, agregó Esquivel.

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