CAUSÓ CURIOSIDAD LA NOTICIA DE QUE EL OLFATO DE LOS CANES PODRÍA DETECTAR COVID-19
La Universidad de Pensilvania inició un programa para estudiar si los perros son capaces con el olfato de detectar el COVID-19, tal como hacen con los estupefacientes, informaron medios locales estadounidenses.
El departamento de veterinaria de esta prestigiosa institución académica llevará a cabo un investigación en la que instruirá a ocho perros y les expondrá a las muestras de pacientes infectados con el nuevo coronavirus para así determinar si son capaces de detectar el virus.
Desde la universidad aseguran que los canes que participarán en este estudio ya han sido capaces en varias ocasiones de detectar diversas enfermedades.
De hecho, el centro veterinario de la universidad lleva realizando este tipo de prácticas desde 2013, cuando iniciaron una investigación para ver si los perros detectaban el cáncer de ovario; ahora estos animales son empleados para encontrar diversas condiciones médicas, tales como aneurismas o diabetes.
“Sabemos que todas las enfermedades parecen tener un olor único y sabemos seguro que los virus sí que tienen este olor propio para ellos mismos”, dijo en declaraciones a la cadena de televisión CBS la doctora Cynthia Otto, directora de la escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania.
Si el estudio da los resultados esperados, la universidad asegura que el uso preliminar de perros para detectar el coronavirus podría empezar este mismo julio.
En este sentido, afirma que el uso del olfato de estos animales podría ser especialmente útil para detectar los casos asintomáticos que propagan el virus sin mostrar ninguna señal externa de la enfermedad.
“Sería algo similar a lo que ocurre en los aeropuertos cuando los perros olfatean en busca de explosivos”, explicó Otto sobre esta hipotética manera de detectar positivos por el COVID-19.
EE.UU. superó este martes el millón de casos positivos de COVID-19, que ha provocado al menos 61.000 fallecimientos en el país, de acuerdo al recuento independiente de la Universidad John Hopkins. /EFE
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