ZÚÑIGA PODRÍA PASAR A DETENCIÓN DOMICILIARIA; ARCE AFIRMA QUE “HUBO UN ALZAMIENTO ARMADO Y ESO DEBE SER CASTIGADO
El expresidente Luis Arce rechazó las acusaciones realizadas el miércoles por el exgeneral Juan José Zúñiga, señalando que se trata de un «ardid jurídico» para evitar la prisión. El exmandatario aseguró que el 26 de junio del año pasado, el exjefe militar protagonizó un alzamiento armado, hecho que está penado por las leyes bolivianas.
«No estoy de acuerdo con el informe de la Cámara de Senadores de la gestión anterior, pero ellos mismos identificaron expresamente que hubo un alzamiento armado, y eso es un delito que debe ser castigado por las leyes bolivianas», dijo Arce, según F10.
El expresidente se refirió al informe emitido por la Cámara Alta el 29 de octubre de este año. Elaborado por la comisión especial de la Cámara de Senadores que investigó los sucesos del 26 de junio de 2024, conocido como 26J, el documento especifica que «existió un alzamiento armado, no golpe de Estado ni autogolpe».
El miércoles 3 de diciembre, Zúñiga firmó un compromiso personal para reducir riesgos procesales dentro del caso por el que es investigado, lo que podría beneficiarlo con una pena de prisión domiciliaria. El exjefe militar se encuentra actualmente recluido en el penal de El Abra.
Al salir de la FELCC, el exgeneral aseguró que solo «seguía órdenes» de Arce y su gabinete cuando, con sus fuerzas, ocupó la Plaza Murillo. Además, responsabilizó a varios funcionarios: “Arce, Marianela Prada, Novillo (exministro de Defensa), Hugo Modiz, ‘Sonia’ (en referencia al exministro de Gobierno, Eduardo del Castillo); después seguiremos dando más información”.
Por su parte, Arce rechazó tales declaraciones y aseguró que, por lógica, no pueden ser aceptadas, ya que “yo me enfrenté a él” y le dio una contraorden que no obedeció. “Ustedes los filmaron”, dijo a los periodistas, “más bien deberían preguntarle con quién se comunicaba todo el tiempo”.
El 26 de junio, un nutrido grupo de soldados y vehículos militares, liderados por Zúñiga, entonces comandante general del Ejército, tomaron la Plaza Murillo de La Paz. Según el exgeneral, el objetivo era “restaurar la democracia” y liberar a los presos políticos. Tras un enfrentamiento con Arce y su gabinete, las fuerzas se retiraron y el líder militar fue arrestado esa misma noche.
Al momento de su aprehensión, Zúñiga aseguró que todo fue orquestado por el mandatario, versión que aún mantiene.
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