POTOSÍ: ENTRE LA GLORIA DEL PASADO Y LOS DESAFÍOS DEL PRESENTE

Riqueza cultural, historia viva y legado minero, el departamento de Potosí celebra este 10 de noviembre los 214 años de su gesta revolucionaria, fecha en la que recuerda el esplendor de su pasado colonial y reflexiona en torno a los desafíos que le depara el futuro.

Con el imponente Cerro Rico como símbolo de su riqueza y sacrificio, esta ciudad patrimonial, reconocida mundialmente por su historia y arquitectura, recuerda su papel fundamental en la historia de Bolivia y del mundo, pero también los retos que le plantea la falta de diversificación económica.

Según Jenny Andia, directora de la carrera de Ingeniería Económica de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, a pesar de la importancia histórica de Potosí, su economía aún depende, en gran medida, de la minería, aunque con condiciones de trabajo que para muchos mineros siguen siendo precarias. Además, el Cerro Rico muestra signos de deterioro, lo que plantea problemas de sostenibilidad y seguridad tanto para la montaña como para la comunidad.

“Potosí sigue siendo un ejemplo claro de lo que ocurre en economías dependientes de la extracción de recursos naturales. Si bien la minería genera ingresos importantes, no se ha traducido en mejoras de calidad de vida para muchos de sus habitantes. La falta de diversificación económica y de una gestión sostenible es uno de los grandes retos para el desarrollo de la ciudad”, indica.

Para la académica, una alternativa viable para Potosí sería la inversión en sectores como el turismo y la industria artesanal, los cuales podrían brindar empleos más estables y menos riesgosos que la minería.

“Potosí tiene un patrimonio cultural único que puede atraer turismo internacional. Sin embargo, se necesita una infraestructura adecuada y una planificación que incluya a las comunidades locales en el desarrollo de estos proyectos”, señala.

Durante siglos, decir “vale un Potosí” fue sinónimo de inalcanzable riqueza, pues la plata potosina no sólo sostuvo la economía de la colonia, sino que también financió proyectos y expansiones europeas. Sin embargo, esta prosperidad no benefició igualitariamente a todos sus habitantes, especialmente a las comunidades indígenas, que trabajaban en condiciones precarias.

Sofía Bellido, historiadora e investigadora boliviana, sostiene que desde sus calles coloniales hasta su contribución económica, cultural y social, “Potosí ha dejado una marca en el mundo. Su historia y sus recursos son parte del orgullo y del desafío de quienes habitan y construyen la ciudad hoy”.

La gloria del pasado

La historiadora destaca que “Potosí fue una de las primeras ciudades globalizadas de América, con una población que llegó a ser, incluso, mayor que la de Londres en el siglo XVII. Era un centro cosmopolita, donde se fusionaban culturas, lenguas y costumbres traídas desde distintos rincones del mundo” y añade que “la arquitectura de la época, con imponentes iglesias y la famosa Casa de la Moneda, refleja la importancia cultural y económica de esta ciudad”.

Esta riqueza arquitectónica y cultural, reconocida por la UNESCO en 1987 como Patrimonio de la Humanidad, es un recordatorio tangible del esplendor colonial. Las minas del Cerro Rico, donde se extraían toneladas de plata, atrajeron a miles de trabajadores y comerciantes, generando un flujo de intercambio económico que, por momentos, llegó a sostener a la economía global de la época.

En cada aniversario, Potosí celebra su identidad con desfiles, ferias y actividades culturales, donde se reafirma el orgullo y la resiliencia de su gente. A pesar de los retos actuales, esta ciudad mantiene viva la memoria de su grandeza, y la voluntad de sus habitantes sigue siendo su principal motor de cambio.

“Este aniversario no solo es una oportunidad para recordar su historia, sino para reflexionar sobre los caminos hacia un desarrollo inclusivo y sostenible”, dice Bellido, a tiempo de destacar que, “la lucha de Potosí, tanto en el pasado como en el presente, representa la perseverancia de sus habitantes por construir un futuro digno”.

El aniversario de Potosí es una oportunidad para celebrar y reflexionar, y quizás, como dice Andia, “para recordar que el verdadero valor de la ciudad ya no es solo su riqueza mineral, sino el potencial humano y cultural que reside en ella”.

El Deber

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