LE DISLOCARON LA MANDÍBULA, LA AMENAZARON CON VIOLARLA; LOS AGRESORES VIVEN A SU LADO
“Pido ayuda a la Policía y a la población, para que acudan inmediatamente. Recibí agresiones, me pegaron, me ahorcaron, me tumbaron al suelo, me patearon”, dijo Nancy Kin Rojas (31), en un mar de llanto, mientras mostraba su blusa rota por la violencia.
Hizo el video el mismo día de la agresión, que coincidió con el cabildo de El Cristo. “Estamos aquí por el cabildo carajo”, me gritaban.
Responsabilizó, igual que su familia, a los militantes del MAS, de usar la zona de Los Lotes como ruta de entrada y de escape para acciones violentas de desbloqueo.
De ahí el interés de que esa parte esté siempre expedita, ya que es estratégica para el acarreo de gente desde La Guardia, entre otros varios puntos.
Dijo que la presión ha sido constante, pero que esto se acentuó en 2016, y que en 2019, cuando hubo el paro de 21 días, hicieron un camino por su propiedad de 109 hectáreas, con maquinaria de la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra, a pesar de que es jurisdicción de La Guardia.
En esa época, su hermano, Sun Chel Kin, fue ‘invitado’ a través de carta, firmada por el subalcalde del distrito 9 en ese momento, Edwin Ortuño, a una reunión. “Tengo la carta y el audio de la reunión. Querían obligarme a firmar un documento en el que yo cedía espacio para abrir camino, les dije que no porque por nuestra propiedad cruzaban todos los riachuelos a las Lomas de Arena”, explicó Sun Chel.
Según él, ante su negativa, las juntas vecinales le gritaban y querían obligarlo a firmar un papel. “Les dije que primero hiciéramos los trámites administrativos y estudios de impacto ambiental. Hoy está pasando algo parecido con mi familia”, indicó.
La agresión a su hermana fue la cereza sobre el pastel, dijo que nunca antes los habían agredido de ese modo, y que usan a niños y adultos mayores.
“Los hombres dijeron que iban a violarme, que ellos eran bolivianos, me discriminaron, yo también soy boliviana, nacida en Santa Cruz”, explicó Nancy, a quien le arrebataron el celular porque estaba grabando. Dijo que no supo qué hicieron con el dispositivo porque se desmayó, pero “afortunadamente todo quedó en la ‘nube’”.
Sun Chel denunció la presencia de extranjeros, colombianos, venezolanos y cubanos, mientras que Nancy informó sobre más de 700 personas ese día del cabildo, que llegaron en truffis del primer anillo, de la Cooperativa La Cruceña, barrios Blooming, Miguel de Cervantes, 6 de agosto y Canaán, este último colindante con la propiedad. Asimismo, dijo que estaban en el lugar unidades de las líneas de micros 74, 84, 77 y 116.
Nancy lamentó la presencia de menores de edad, y que la agresión se diera delante de ellos, y que las mujeres guardaran silencio ante las advertencias de violación.
Segundo avasallamiento
Esta es la segunda vez que la familia Kin es acosada por avasalladores.
Anteriormente, grupos de personas ingresaron con violencia a una propiedad de 275 hectáreas que tienen en Cotoca, y de donde generaban ingresos con la ganadería. Sin embargo, actualmente la propiedad está en pleito, pero continúa tomada por los avasalladores.
Lamentaron que, en esa oportunidad, tanto el fiscal de ese caso como la Policía, “crearan” un caso de intento de homicidio, que derivó en una orden de aprehensión contra los hermanos Kin.
Con esa experiencia, y ante la desaparición del abogado de la familia en el peor momento, los Kin empezaron a sospechar del jurista con el que trabajaron por 22 años, y al que le pagaron por adelantado.
Hoy tienen un nuevo abogado, con el que están trabajando para iniciar un proceso por avasallamiento, robo agravado e intento de feminicidio, explicó Sun Chel.
El miembro de la familia coreana-boliviana lamentó que existan autoridades involucradas en este tema, que lleva varios años, y que además tiene escalada de violencia.
En la actualidad, la familia Kin tiene a los avasalladores a 220 y 500 metros de la casa familiar. Según los Kin, los invasores se niegan a retirarse y están avanzando en sus intenciones de quedarse en el lugar, pues ya están consiguiendo la instalación de medidores de la CRE en una zona de servidumbre ecológica.
“Sentimos dolor al ver que árboles que son más viejos que nosotros están cayendo en 26 días, ellos entran con maquinaria pesada. Nosotros convertimos este sitio en un lugar de servicio turístico porque es de servidumbre ecológica, es una zona de conectividad de las líneas de agua para Santa Cruz de la Sierra”, dijo Sun Chel, y se amparó en la nueva normativa departamental, la Ley 208, que ordena la creación de la Unidad de Conservación del Patrimonio Natural – Paisaje Protegido Departamental “Güenda – Urubó”, y la protección de la conectividad del agua. Por esa norma fue cercada la Gobernación.
EL DEBER
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