EVISTAS RENUNCIAN A SU MILITANCIA MASISTA Y PROVOCA FENÓMENO SIMILAR AL DE 2019

La renuncia colectiva de un grupo de la militancia evista trajo el recuerdo de los meses posteriores a noviembre de 2019 cuando funcionarios públicos renunciaron a la militancia masista después de la caída de Evo Morales. Un experto alertó el vacío legal que existe para estos casos en las leyes electorales.

“¿Qué pasa si hay una situación de renuncia masiva y afectara la cantidad mínima de militantes que se pide a un partido? Simplemente hay un vacío en la ley electoral, porque no está contemplado y regulado, entonces eso es una especie de carta blanca que la propia ley electoral permite a los partidos”, dijo el analista en temas electorales, Paul Antonio Coca.

Este lunes la militancia evista se aproximó a los tribunales electorales departamentales a presentar el formulario de renuncia a la militancia que está permitido en la Ley de Organizaciones Políticas (Ley 1096).

Pero no es el único capítulo que vive el MAS, pues en 2019 luego de la caída de Evo Morales, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), en La Paz fue testigo de un fenómeno similar, pues cientos de funcionarios públicos presentaron su renuncia al MAS para conservar los puestos de trabajo en el Gobierno de Jeanine Áñez.

Durante el Gobierno de Morales, como el de Luis Arce, las autoridades de los ministerios instruyen a los funcionarios no solo a registrarse en el MAS, sino a utilizar sus cuentas personales en las redes sociales para replicar las ‘noticias positivas’ del Gobierno.

Ahora, ante la división interna en el MAS, los afines a Evo Morales, como sus principales dirigentes, se aproximaron a las oficinas de los TED y presentaron sus formularios, en un espectáculo que pretende simular que existe una ‘renuncia masiva’.

Oscar Coca dijo que debería existir una actualización de los padrones partidarios cuando existe este tipo de hechos, pues se desconoce qué cantidad de gente está dejando las filas de determinado partido.

Según el artículo 33 de la Ley 1096, los partidos deben conocer las renuncias de sus militantes y deben llevar un registro de las deserciones y saber con exactitud cuántos adeptos conserva en sus libros.

El Deber