DECLARACIONES DE DIPUTADA CHILENA DESATAN INDIGNACIÓN: BOLIVIA EXIGE DISCULPAS Y EL GOBIERNO DE CHILE LAS CONDENA
Las declaraciones de la diputada chilena María Luisa Cordero, quien en plena sesión parlamentaria aseguró que “los bolivianos nacieron en el altiplano y, por lo tanto, tienen disminución del oxígeno cerebral”, han desatado un fuerte rechazo tanto en Bolivia como en Chile.
El canciller chileno, Alberto van Klaveren, fue categórico al señalar: “Rechazamos enérgicamente las expresiones xenófobas hacia el pueblo boliviano, las que no representan desde ningún punto de vista el sentir del Estado y del Gobierno de Chile. El racismo y la xenofobia son inaceptables”.
En Bolivia, la indignación fue inmediata. El viceministro de Coordinación y Gestión Gubernamental, Gustavo Torrico, calificó las palabras de Cordero como “el colmo de la aberración” y “una falta de respeto contra el país y sus ciudadanos”. Desde la oposición, el legislador Miguel Roca también cuestionó duramente a la diputada, exigiéndole “informarse mínimamente” antes de emitir juicios equivocados.
El viceministro de Relaciones Exteriores, Elmer Catarina, exigió disculpas públicas de la parlamentaria chilena y anunció que el Gobierno boliviano convocará al cónsul general de Chile para que explique el contexto de estas expresiones. “Son términos ofensivos, racistas y xenófobos, y no podemos aceptarlos de ninguna manera”, sostuvo.
El presidente Luis Arce también se pronunció a través de sus redes sociales: “Su inaceptable intervención es una afrenta al parlamento, al pueblo chileno y a la ética de la profesión médica de la que forma parte la congresista”.
La polémica se originó en medio de un debate sobre la propuesta del candidato presidencial boliviano Rodrigo Paz (PDC) de nacionalizar los denominados vehículos “chutos”. Cordero, psiquiatra de profesión, vinculó la iniciativa con supuestas características fisiológicas de los bolivianos, afirmando incluso que “un grupo de norteamericanos que andaba de vacaciones en Bolivia” notó la “bradipsiquia” —lentitud del pensamiento— de sus habitantes, a quienes definió como “tontorrones”.
El rechazo generalizado en Bolivia y la condena del propio canciller chileno reflejan la gravedad de estas declaraciones, que ya abrieron un nuevo foco de tensión diplomática entre ambos países.
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