CRUDO RELATO DE EXSEMINARISTA, PRESUNTA VÍCTIMA DE CURA: ME BAJÓ LOS PANTALONES Y COMENZÓ A TOCARME

Un joven que estudiaba en el Seminario de la Orden Carmelita Virgen de Fátima, en 2014, en La Paz, bajo las órdenes del sacerdote Milton M., hoy arrestado por presunto abuso sexual, indicó que vivió “un infierno” al lado del cura y contó algunas de sus vivencias en dicho entorno.

Contó que conocía de “algunos rumores” respecto al sacerdote, sin embargo, no les dio importancia y prefirió ingresar al Seminario.

“Ahí había un sinfín de abusos de poder, psicológico y sexual de parte del superior de esa casa, Milton M.,”, afirmó el muchacho, tras resaltar que por eso “el año que estuvo ahí fue un infierno para él”.

El exseminarista relató un episodio referente a las revisiones médicas que se realizaban a todos los jóvenes. Recordó que, según él, el cura se acercaba para insistir en efectuar la revisión por su cuenta.

“En una de esas, se me acercó y me dijo: ‘te haces revisar conmigo o con un médico’. Y como yo era muy seguro de mi masculinidad, no tuve problema en que me revise él, claro, tuve vergüenza”, contó.

Sin embargo, el joven manifestó que decidió, finalmente, que la revisión la desarrollara un doctor. Fue entonces que el párroco habría insistido.

“Entró a mi habitación, se sentó en mi cama, me bajó los pantalones y comenzó a tocarme con sus dos manos”, relató al medio Página Siete.

El exseminarista indicó sentir impotencia, pues en ese momento el cura Milton tenía la potestad de definir “quién se iba o quién se quedaba”.

Por eso, el exseminarista relató que si uno quería ser sacerdote, “debía estar adecuado a las normas y a los caprichos del cura”.

VARIOS CASOS

En concordancia con el joven, no sería el único caso y en ese año, 2014, también vio que un joven de 17 años habría sufrido lo mismo.

De acuerdo con reportes de medios paceños, en dicho Seminario se contabilizaron al menos 30 posibles víctimas del cura.

Según el joven, varios de ellos cayeron en adicciones como el alcohol e incluso muchos trataron de terminar con sus vidas. “Fue muy duro”.

DENUNCIAS

Según lo contado por el muchacho, varios seminaristas intentaron denunciar, incluso enviaron una carta a Garvin Grech, el superior del sacerdote en Malta, pero no recibieron respuestas concretas.

“Le informamos hasta por escrito y hablamos personalmente con él”, pero lo único que hizo fue hablar con su superior, que estaba en Malta. Él nos llamó por teléfono para que le contáramos y nos respondió ‘muchas gracias’, pero no se hizo nada”.

Acotó que lo único que atinó a decir Grech fue: “Ojalá me perdones”. “por eso, dije, ‘mejor no’. Yo tenía trabajo y me salí. Todo eso me decepcionó completamente”.

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