CIENTÍFICOS BUSCAN QUE LOS PERROS PUEDAN VIVIR 100 AÑOS

Daniel Promislow, profesor de la Universidad de Washington, difundió a través de su cuenta de Twitter, que: “Frisbee, nuestra querida perra, murió. La extrañamos profundamente”.

Esta extraordinaria canina, tenía una mezcla entre Pastor Alemán, Chow Chow y Cocker Spaniel. Pese a las alegrías que Frisbee le brindó a su familia, durante los últimos de sus 16 años, desarrollo diferentes complicaciones por su edad, tales como: articulaciones rígidas, cataratas en sus ojos y algunos problemas digestivos.

Este fue un claro ejemplo de envejecimiento saludable y se convirtió en la musa para el proyecto que finalmente se convirtió en el Dog Aging Project, la planificación más ambiciosa sobre biología canina, la cual busca descifrar las interrogantes del paso del tiempo y descubrir diferentes formas de ayudas a los perros a tener vidas más largas y satisfactorias.

“El proyecto busca entender los determinantes ambientales y genéticos del envejecimiento saludable en perros”, comentó a SINC el genetista y codirector del solemne estudio interdisciplinario de largo plazo que involucra a 20 instituciones académicas estadounidenses.

Ya sigue a más de 36.000 perros de compañía, y el próximo paso es rastrearlos durante el resto de sus vidas, ya que según Promislow, esto permitirá mejorar los diagnósticos y desarrollar terapias mucho más efectivas, además de la ayuda para comprender mejor los factores que influyen la morbilidad y mortalidad en los humanos.

Esta idea surgió en el año 2007, cuando el biogerentólogo observó la portada de la Revista Science. “Era una fotografía de un gran danés y un chihuahua caminando. El artículo trataba sobre la genética del tamaño. Contaba cómo unos científicos habían descubierto un gen muy importante llamado IGF-1 que regula el tamaño en perros. Y pensé: ‘¡Esto es genial! Quizás también podría estar asociado con el envejecimiento canino”, agregó el profesor.

Actualmente, este trabajo de Big Science, cuenta con el apoyo de 100 profesionales, un estudio que sin duda alguna es el único a gran escala, según Kate Creevy, la investigadora de la Universidad de Texas A&M.

“La mejor manera de comprender la salud de los perros es seguirlos en la diversidad de sus experiencias naturales. Anteriores estudios se realizaron en espacios controlados como laboratorios y hospitales”, señaló la investigadora.

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