CARTA DA CUENTA QUE ECUADOR ‘PRESTÓ’ A BOLIVIA MÁS DE 8.000 UNIDADES DE ARMAMENTO NO LETAL AL GOBIERNO DE AÑEZ

DISTURBIOS 2019

Ecuador “prestó” en noviembre de 2019, en plena crisis política y social, al gobierno de Jeanine Áñez 8.449 unidades de armamento no letal, entre ellos proyectiles y granadas, según una carta del 27 de mayo de 2020 enviada al agregado de Defensa de la Embajada de Bolivia José Luis Frias por el comandante de la Policía ecuatoriana Hernán Carrillo.

“A través del presente, me permito hacerle llegar el saludo cordial de la institución a la que represento, a fin que por su digno intermedio, se realicen las coordinaciones necesarias frente al Ministerio de Defensa del hermano país de Bolivia, a efecto de que podamos recibir el material CM que en calidad de préstamo fuera entregado en el mes de noviembre de 2019”, establece la parte central de la misiva revelada por el canal estatal.

Carrillo hace un detalle del material prestado: 5.000 granadas de mano GL-302, 500 granadas de sonido y destello para exteriores, 2.389 proyectiles de largo alcance calibre 37 MM y 560 proyectiles de corto alcance calibre 37 MM.

La misiva se hace pública después que el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, informara que se investiga el envío de armamento no letal de Ecuador a Bolivia durante los conflictos poselectorales de 2019, tras la dimisión de Evo Morales y la toma de poder de Áñez.

“Hemos visto que el gobierno ecuatoriano ha prestado gases lacrimógenos al gobierno de la señora Jeanne Áñez; sin embargo, tenemos información extraoficial de que también habían proporcionado municiones de alto calibre, estamos hablando de municiones de guerra, que seguramente las investigaciones determinarán si han sido adquiridas de forma regular o irregular”, sostuvo Del Castillo.

Gary Prado, abogado del exdirector general de Logística Pedro Rea Simón y del exdirector general de Asuntos Jurídicos Martín López Gonzales del Ministerio de Defensa, reveló que sus clientes informaron de ese préstamo.

El 12 de noviembre tomó el poder Áñez, luego que dimitiera Morales acorralado por denuncias de fraude electoral, una protesta cívica, un motín policial y la “sugerencia” militar de renuncia. Poco después se dieron los hechos de violencia y muerte en Sacaba y Senkata, cuando operativos policiales-militares buscaban restablecer el orden por protestas de sectores afines al MAS.

LA RAZÓN

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